Autoayuda y Superación


ALGUNAS ESTRATEGIAS PARA ELIMINAR ALGUNOS DE TUS "DEBERIAS"

Básicamente tu trabajo de limpieza en esta zona implica correr riesgos. ¡Hacer cosas! Decidirte a ser diferente de lo que te han enseñado a ser es lo que te conviene cuando esas reglas ya no funcionan. He aquí algunas tácticas que te serán útiles para salirte de tus hábitos "deberizadores" ("Musterbatories").

• Empieza echando una ojeada indagatoria y profunda a tu comportamiento. Estudia los dividendos neuróticos de los que hablamos anteriormente. Entonces pregúntate a ti mismo por qué te estás cargando con tantos "deberías". Pregúntate a ti mismo si realmente crees en ellos, o si simplemente te has acostumbrado a comportarte de esa manera.

• Haz una lista de todas las normas que cumples y respetas y que no te parecen pertinentes. Esos estúpidos comportamientos convencionales de los que tanto te quejas y de los que no te puedes liberar. Luego, haz tus propias "normas de conducta" escogiendo las que tengan más sentido para ti. Anótalas aunque en este momento no te sientas capaz de vivirlas.

• Empieza a crear tus propias tradiciones. Por ejemplo, si siempre has decorado tu árbol de Navidad la víspera de Navidad y prefieres hacerlo tres días antes, empieza una nueva tradición, una tradición que tenga sentido para ti.

• Organiza una reunión de consulta con tus parientes y amigos para discutir las múltiples normas de conducta que todos seguís y que no os gustan o encontráis desagradables. Quizás entonces, podréis formular unas nuevas normas que a todos os parezcan más razonables. Te darás cuenta de que las viejas

normas siguen vigentes porque nadie ha pensado seriamente en desafiarlas o en poner en duda su eficacia y actualidad.

• Haz un diario externo/interno. Anota tus referencias "externas" en las que confieres a otros la responsabilidad de lo que tú estás sintiendo. Comprueba si puedes trasladarte al lado "interno" con algunos actos de valor. Apunta cuidadosamente tus logros en el esfuerzo de trasladarte al lado "interior".

• Comprueba cuántas normas les impones a los demás. Pregúntales si realmente necesitan esas directivas o si se comportarían de la misma manen sin ellas. Puede que incluso te des cuenta de que ellos pueden proponer pautas más eficientes y flexibles que las tuyas.

• Corre el riesgo de enfrentarte u oponerte a alguna regla o política que quisieras eliminar. Por ejemplo, si eres mujer y siempre has pensado que una mujer no debe llamar a un hombre pan invitarlo a salir y te encuentras sin nada que hacer un fin de semana, llama a algún amigo y ve qué pasa. O, lleva de vuelta a la tienda alguna prenda de vestir que resultó fallada aunque la norma del establecimiento sea nose admiten devoluciones o no se reembolsará el dinero y enfréntate con esta política lo más eficientemente que puedas, alegando que te quejarás a los jefes 5i fuera necesario. No te dejes guiar por las normas de otros que terminan convirtiéndote en víctima como resultado final.

• Piensa en las decisiones como en actos que provocarán diferentes resultados en vez de actos que están bien o están mal. Al tomar decisiones, elimina la noción de bien y mal y di que cualquiera está bien, sólo que cada una traerá distintas consecuencias. Confía en ti mismo al tomar una decisión en vez de buscar un apoyo externo que te ofrezca alguna garantía. Complácete a ti mismo en vez de acatar normas externas.

• Trata de vivir tus momentos presentes y haz tus normas y tus "debería" para esa ocasión solamente. En vez de asumirlos como universales, reconócelos como pertinentes y aplicables sólo a este momento.

• Rehúsa compartir con nadie tu comportamiento antinormativo. Es sólo para ti, y no quieres caer en una posición de búsqueda-de-aprobación, en la que la razón para resistirse a la enculturización es la de llamar la atención y, por ende, la adulación de los demás.

• Rechaza los roles que tú (y otros) están asumiendo en tu vida. Sé lo que quieres ser, sea lo que sea, en vez de lo que crees que se espera de ti porque eres hombre, mujer, un ser maduro, o lo que sea.

• Niégate en un momento dado de la conversación a hablar de los demás. Practica durante períodos cada vez más extensos a no proyectar sentimientos de culpa sobre los demás, o hablar de otra persona, hecho, o idea de modo quejumbroso o culpabilizante.

• Deja de esperar que cambien los demás. Pregúntate a ti mismo por qué han de cambiar simplemente porque a ti te gustaría que así fuera. Reconoce que todas las personas tienen derecho a ser lo que escogen ser, incluso site irritan siendo así.

• Haz una lista de culpas, detallando todo lo que te disgusta en ti mismo. Puede parecerse a la siguiente:

Qué es lo que me disgusta de mi y de mí vida

Qué, quién tiene la culpa

Soy demasiado gordo-gorda...

Sara Lee, mi metabolismo, los restaurantes, mamá, la genética.

Tengo mala vista...

Mis padres, abuelos, Dios, la genética, los estudios.

Soy fatal para las matemáticas...

Mis profesores primarios, hermana, genes matemáticos deficientes, mamá.

No tengo novio/novia...

La fortuna, todos en la escuela son unos monstruos, no me dejan maquillarme.

Soy demasiado alto-alta

Los genes, Dios, mamá.

Soy desgraciado...

La situación económica, el divorcio, mis hijos me odian, mi mala salud.

Mi pecho es demasiado pequeño...

Mamá, la genética, los genes, nutrición deficiente de pequeña, Dios, el Diablo.

El color de mi pelo...

Helena Rubinstein, los genes, mis amigas, el sol.

La situación mundial me preocupa...

Los presidentes, la Reina, Bush, Blair, Palacio, etc., el capitalismo, la humanidad.

Mis vecinos son odiosos

El vecindario, "esa calaña de gente", las normativas del barrio.

Mis fracasos en el tenis...

El viento, el sol, la red está demasiado alta/baja, me distraen, me dan calambres, me duele el brazo/pierna, etc.

No me siento bien...

Mi metabolismo, la regla, mi médico, la comida, el calor, el frío, el viento, la lluvia, el polen. Lo que sea.

Suma el total de tu cuenta de culpas y constata si eres diferente ahora que has repartido cuidadosamente las faltas y la culpa entre la gente y las cosas que son responsables de tus sentimientos. ¿No es eso ya algo?

Sigues siendo exactamente el mismo. Le eches o no la culpa a alguien o a algo, sigues siendo el mismo a menos que hagas algo constructivo para corregir lo que no te gusta. Esto te puede servir como un ejercicio para darte cuenta de lo inútil que resulta culpar a los demás por lo que a ti te pasa.

• Declara en voz alta que acabas de culpar a alguien por algo y que estás trabajando contigo mismo para eliminar este tipo de comportamiento. Al formularlo como una meta por alcanzar estarás atento a los síntomas que demuestren tu tendencia a continuar en esta dirección.

• Decide que toda la infelicidad que escojas será el resultado de tu propio esfuerzo y de tu propio com portamiento y nunca el resultado de las acciones de otra persona. Recuérdate a ti mismo constantemente que cualquier infelicidad proveniente del exterior refuerza tu propia esclavitud, ya que implica que tú no ejerces control sobre ti mismo ni sobre ellos, sino que más bien son ellos los que tienen control sobre ti.

• Cuando alguien te está culpabilizando pregúntale amablemente: %Te gustaría saber si yo quiero oírlo que ahora me estás diciendo?". Esto es, enseña a los otros a no usarte como un receptáculo de culpa, y empieza a clasificar las actitudes culpabilizadoras y echadoras-de-culpa en la demás gente de modo que puedas aprender a reconocerlas en ti mismo. Puedes hacerlo de una manera que no ofenda como por ejemplo: "Acabas de echarle la culpa a George de lo que sientes. ¿En serio crees que la tiene?". O: "siempre dices que si subieran las cotizaciones de la Bolsa, tú serías mucho más feliz. Le das realmente mucha importancia si dejas que controle de ese modo tu vida". El reconocer en los demás los comportamientos culpabilizantes, las culpas y los "deberías", te ayudará a eliminar ese comportamiento en ti mismo.

• Consultas las listas de "deberías" que discutimos anteriormente en este capítulo. Trata de cambiar estos viejos hábitos por actitudes y comportamientos nuevos y distintos; quizás una cena a medianoche; cambiando tu posición sexual o poniéndote el vestido que te gusta. Empieza a tener confianza en ti mismo dándoles menos importancia a esos "deberías" externos.

• Trata de recordar que lo que hace la otra gente no es lo que te molesta, sino tu reacción. En vez de decir:

"No deben hacer eso", di: "Me pregunto por qué me molesto con lo que están haciendo".

ALGUNOS PENSAMIENTOS FINALES SOBRE EL COMPORTAMIENTO "DEBERIZADOR"

En 1838, Ralph Waldo Emerson escribió en Éticas Literarias:

Los hombres muelen y muelen en el molino de un axioma y lo único que sale es lo que allí se puso. Pero en el momento mismo que abandonan la tradición por un pensamiento espontáneo, entonces la poesía, el ingenio, la esperanza, la virtud, la anécdota ilustrativa, todo se precipita en su ayuda.

;Qué pensamiento más hermoso! Sigue con la tradición y siempre serás el mismo, pero tírala por la borda y el mundo será tuvo y podrás usarlo tan creativa mente como lo desees, como escojas.

Conviértete en el juez de tu propia conducta y aprende a confiar en ti mismo para tomar las decisiones del momento presente. Deja de buscar en las tradiciones y las normativas de toda la vida la respuesta adecuada. Canta tu propia canción de felicidad de la manera que escojas cantarla, sin preocuparte ni importarte cómo se supone que debe ser.