ALGUNAS ESTRATEGIAS PARA ENFRENTARSE CON LO MISTERIOSO Y LO DESCONOCIDO Y PARA LOGRAR COMPRENDERLOS
• Hacer esfuerzos selectivos por probar cosas nuevas aunque sientas la tentación de quedarte en lo conocido. Por ejemplo, en un restaurante pide un plato nuevo. ¿Por qué? Porque puede ser diferente y podría gustarte.
O Invita a tu casa a un grupo de gentes que represente puntos de vista diversos y divergentes. Frecuenta lo desconocido en vez de seguir con tu grupito típico de relaciones con los que puedes predecir todo lo que te va a suceder.
• Deja de sentirte obligado a tener un motivo o razón para todo lo que haces. Cuando alguien te pregunte el porqué de algo, recuerda que no tienes por qué tener una respuesta razonable que los satisfaga. Puedes hacer lo que has decidido hacer simplemente porque lo deseas.
• Empieza a arriesgarte a hacer ciertas cosas que te sacarán de la rutina diaria. Podría ser unas vacaciones que no hayas planeado con antelación, por ejemplo, y para que no lleves ningún mapa, y donde sólo puedas confiar en ti mismo para solucionar cualquier problema que se te presente. Solicita un nuevo empleo presentándote a la entrevista que para ello se requiera o habla con esa persona que hayas estado esquivando por miedo a lo que podría pasar en esa conversación. Toma un camino distinto para ir a tu trabajo y cena a medianoche. ¿Por qué? Simplemente porque es diferente y tienes ganas de hacerlo.
• Diviértete elucubrando una fantasía en la que te permites tener todo lo que quieras. Todo está permitido. Tienes todo el dinero que desees por un período de dos semanas. Quizá te des cuenta de que todas tus divagaciones mentales en realidad están a tu alcance, que lo que anhelas no es como pretender la luna o lo imposible, sino que son cosas que puedes lograr si eliminas el miedo a lo desconocido y simplemente vas detrás de ellas.
• Corre algún riesgo que puede implicar una tormenta emocional pero que también puede significar una experiencia intensamente gratificante para ti. Uno de mis colegas pasó largos años hablándoles tanto a sus alumnos como a sus clientes de la necesidad de probar lo desconocido en la vida. Pero en muchos sentidos sus consejos eran insinceros puesto que seguía trabajando en la misma universidad, en la misma consulta y llevando el mismo tipo cómodo de vida. Él sostenía que cualquier persona podía habérselas con situaciones nuevas y diferentes, pero él seguía firmemente instalado en las situaciones que le eran familiares. En 1974 decidió vivir en Europa seis meses porque era algo que siempre había querido hacer. Allí dio dos cursos en un programa para graduados y comprobó de primera mano (experimentalmente en vez de verbalmente) que podía habérselas con lo dudoso. Al cabo de tres semanas en Alemania, gracias a su seguridad interior en sí mismo, contaba ya con la misma cantidad de oportunidades de dirigir seminarios, trabajar con clientes y dar conferencias que en Nueva York donde se encontraba en su ambiente y en un entorno familiar. Incluso en un pueblecito perdido de Turquía donde vivió durante dos meses, estuvo más ocupado que en Nueva York. Por lo menos, gracias a esta experiencia, se convenció que podía enfrentarse con lo desconocido, exactamente como lo había hecho con lo conocido, con su propia fuerza interior y con su capacidad profesional.
• Cada vez que te des cuenta de que estás evitando lo desconocido, dirígete a ti mismo la siguiente pregunta:
"¿Qué es lo peor que me puede pasar?". Verás probablemente que el miedo a lo desconocido es completamente desproporcionado con la realidad de las consecuencias.
• Haz la prueba de hacer algo tonto, como ir descalzo por el parque o zambullirte desnudo en el mar. Haz la prueba de hacer algunas de las cosas que siempre has evitado porque "No debes hacer esas cosas". Abre tu propio horizonte personal a nuevas experiencias. Haz cosas que antes evitabas por encontrarlas tontas o vanas.
• Recuerda que el miedo al fracaso es a menudo el miedo al ridículo, o a la desaprobación de los demás o de alguien en particular. Si dejas que ellos tengan sus propias opiniones, que nada tienen que ver contigo, podrás empezar a valorar tu comportamiento en tus propios términos en vez de apoyarte en los de los demás. Empezarás a considerar que tus capacidades no son ni mejores ni peores, sino simplemente diferentes a las de los demás.
• Haz la prueba de hacer algunas de las cosas que siempre has rechazado con la frase "Simplemente yo no valgo para esto". Por ejemplo, puedes pasarte la tarde pintando un cuadro y pasándolo maravillosamente bien. Si el resultado final no es una obra maestra, no has fracasado: has tenido medio día de placer. En la pared de mi cuarto de estar hay un cuadro que es horrible desde el punto de vista estético. Pero en un rincón del lado izquierdo del cuadro hay una inscripción que reza:
"A usted, doctor Dyer le doy lo que no es lo mejor que puedo hacer". Es de una antigua estudiante que había evitado pintar toda su vida porque había aprendido hacía mucho tiempo que lo hacía mal. Se pasó todo un fin de semana pintando y es uno de los regalos que yo aprecio más.
• Recuerda que lo opuesto al crecimiento es la igualdad o monotonía y la muerte. Así pues, si quieres, puedes tomar la decisión de vivir cada día de una manera diferente, siendo espontáneo y vital, o puedes temer a lo desconocido y permanecer igual, siendo el mismo de siempre, psicológicamente muerto.
• Mantén una conversación con la gente que sientes es la responsable de tu miedo a lo desconocido: anúnciales con tono decidido que piensas hacer cosas nuevas y anota sus reacciones.
• Puede que te des cuenta de que su incredulidad era una de las cosas que más te preocupaban en el pasado, y como resultado de esto escogías la inmovilidad en vez de enfrentarte con sus miradas reprobatorias. Ahora que puedes enfrentarte con esas miradas, haz tu Declaración de Independencia para acabar con ese control.
• En vez de que tu credo y el de tus hijos sea: "Haz todo lo mejor posible", prueba este otro: "Selecciona las cosas que más te importan en la vida y haz un esfuerzo grande en ese sentido y el resto de las cosas, hazlas simplemente". Está muy bien no hacer siempre las cosas lo mejor que puedas. En realidad todo el síndrome de "Hacer las cosas lo mejor posible" es un mito. Nadie hace las cosas lo absolutamente mejor que se puede. Siempre hay posibilidades de hacerlas mejor, ya que la perfección no es un atributo de la naturaleza humana.
• No dejes que tus convicciones te paralicen. El creer algo a raíz de una experiencia pasada y aferrarse a esa creencia es evadirse de la realidad. Sólo existe el ahora, y la verdad del presente puede muy bien no ser la verdad del pasado. Sopesa tu comportamiento no tomando en cuenta lo que crees, sino lo que es y lo que experimentas en el presente. Al abrirte a la experiencia en vez de colorear tu realidad con tus convicciones, encontrarás que lo desconocido es un lugar fantástico para estar.
• Recuerda que nada humano te es ajeno. Puedes ser lo que escojas ser. Grábalo en tu cabeza y recuérdatelo cuando caigas en tu comportamiento inseguro y típicamente evasivo.
• Ten conciencia de que estás evitando lo desconocido en el momento que lo estás haciendo. En ese mismo momento inicia un diálogo contigo mismo. Dite a ti mismo que no importa que no sepas adónde vas en cada momento de tu vida. El tener conciencia de la rutina es dar el primer paso para cambiarla.
• Haz algo mal deliberadamente. ¿Eres menos persona porque has perdido un partido de tenis o pintado un cuadro feo o sigues siendo un individuo que vale la pena y que simplemente ha pasado un rato agradable?
• Mantén una conversación con alguien que hayas evitado en el pasado. Muy pronto te darás cuenta de que tus prejuicios son los que te mantienen en un estado estacionario y sin interés. Si prejuzgas a la gente, no podrás tratar con ella honradamente puesto que tu punto de vista ha sido establecido de antemano. Mientras más grande sea el número de gente distinta que conozcas, más probabilidades tendrás de darte cuenta de lo mucho que te has perdido y de lo tontos e infundados que eran tus aprensiones y temores. Con estos conceptos, lo desconocido se convertirá en un área cada vez más digna de explorar en vez de algo que es mejor evitar.
ALGUNAS IDEAS FINALES SOBRE EL MIEDO A LO DESCONOCIDO
Las sugerencias que anotamos anteriormente representan algunas medidas constructivas para combatir el miedo a lo desconocido. Todo el proceso empieza con estas nuevas percepciones de lo que constituye el comportamiento evasivo, seguidas de un enfrentamiento activo con el comportamiento pasado para empezar a moverse en nuevas direcciones. Imagínate cómo hubieran sido las cosas si los grandes exploradores y los grandes inventores del pasado hubieran tenido miedo a lo desconocido. Toda la población del mundo estaría aún concentrada en el valle del Tigris y del Éufrates. Lo desconocido es el lugar donde se produce el crecimiento. Tanto para la civilización como para el individuo.
Piensa en la encrucijada de un camino. En una dirección está la seguridad, en la otra, el gran inundo desconocido e inexplorado. ¿Qué camino tomarías tú?
Robert Frost contestó esta pregunta en He Road Not Taken (El camino no tomado).
Dos caminos divergían en el bosque; y yo fui por el menos transitado, Y eso hizo que todo fuese diferente.
Todo depende de ti. Tu zona errónea de miedo a lo desconocido está esperando ser reemplazada por nuevas actividades estimulantes y llenas de interés que aportarán placer a tu vida. No tienes que saber hacia dónde vas; lo importante es estar en camino.